miércoles, 4 de febrero de 2015

ELS FETS D'ORTA

Para entender ELS FETS D'ORTA hemos de estudiar antes la Guerra de los Treinta Años. Fue una guerra librada en la Europa Central entre los años 1618 y 1648, en la que intervino la mayoría de las grandes potencias europeas de la época. Esta guerra macará el futuro del conjunto de Europa en los siglos posteriores.
Aunque inicialmente se trataba de un conflicto religiosos entre Estados partidarios de la reforma y la contrarreforma dentro de propio Sacro Imperio Romano Germánico, la intervención paulatina de las distintas potencias europeas convirtió el conflicto en una guerra general por toda Europa, por razones no necesariamente relacionadas con la religión: búsqueda de una situación de equilibrio político, alcanzar la hegemonía en el escenario europeo, enfrentamiento con una potencia rival, etc.
El mayor impacto de esta guerra, en la que se usaron mercenarios de forma generalizada, fue la total devastación de territorios enteros que fueron esquilmados por los ejércitos necesitados de suministros.
Durante el reinado de Felipe IV (1621-1665) el Conde Duque de Olivares decidió forzar la unidad de los reinos peninsulares. Con este fin formuló en 1626 el proyecto de la Unión de Armas. A cada territorio de la Corona se le exigió que colaborase con una cantidad de soldados proporcional a su población. Pero las Cortes de Cataluña se negaron. Olivares suspendió las Cortes, comenzando así un conflicto con el Principado.
Francia nerviosa por la presencia de territorios de los Habsburgo en la mayor parte de las fronteras, inció una política de enfrentamientos contra la monarquía hispánica tras la llegada al poder del cardenal Richelieu, primer ministro de Luis XIII de Francia. En 1635 las victorias de los ejércitos imperiales en la Guerra de los Treinta Años la decidieron a intervenir del bando de los protestantes. Se declaro la guerra a España.
El conflicto comenzó con la negación de Cataluña a colaborar en la Unión de Armas que el conde-duque propuesto en 1626. La guerra contra Francia dificultó aun más el entendimiento de la Generalidad de Cataluña y el Consejo de Ciento con el Estado. 
Tenga Vuestra Majestad por el negocio más importante de su Monarquía, el hacerse Rey de España: quiero decir, Señor, que no se contente Vuestra Majestad con ser Rey de Portugal, de Aragón, de Valencia, Conde de Barcelona, sino que trabaje y piense, con consejo mudado y secreto, por reducir estas reinos de que se compone España al estilo y leyes de Castilla, sin ninguna diferencia, que si Vuestra Majestad lo alcanza será el Príncipe más poderoso del mundo. Párafo del memorial secreto preparado por Olivares para Felipe IV, fechado el 25 de diciembre de 1624.
El 26 de marzo de 1626 Felipe IV hizo su entrada triunfal en Barcelona y al día siguiente juró las Constituciones Catalanas, Poco después se inaguraron las cortes catalanas con la lectura de la proposición real preparada por Salvador Fontanet y que fue leída por Jerónimo de Villanueva.
Catalanes míos, vuestro conde llega a vuestras puertas acometido e irritado de sus enemigos, no a proponeros que le deis hacienda para gastar en dádivas vanas [...] Hijos, una y mil veces os digo y os repito que no sólo [no] quiero quitaros vuestros fueros, favores e inmunidades [...] os propongo el resucitar la gloria de vuestra nación y el nombre que tantos años ha está en olvido y que tanto fue el terror y la opinión común de Europa.
Las sesiones se alargaban sin que se llegara a tratar el tema que le había traído allí -la Unión de Armas-, el rey Felipe IV abandonó precipitadamente Barcelona el 4 de mayo de 1626 sin clausurar las Cortes.
En 1632 Olivares volvió a intentar que las cortes catalanas aprobaran la Unión de Armas ó un "servicio" en dinero equivalente y se reunieron de nuevo. Pero estas aún duraron menos que las de 1926 ya que cuestiones de protocolo y los interminables greuges agotaron la paciencia del rey y de nuevo se marchó sin clausurarlas. Este nuevo fracaso sancionó "de hecho, el divorcio entre el monarca -o su valido- y las instituciones del Principado.
En el año 1635 declara la guerra Luis XIII de Francia a Felipe IV llegando la guerra a Cataluña, dada su situación fronteriza con la monarquía Francesa.  El Conde Duque de Olivares se propuso concentrar en Cataluña un ejército de 40.000 hombres para atacar Francia por el sur y al que el Principado tendría que aportar 6.000 hombres. Para poner en marcha su proyecto en 1638 nombra como nuevo virrey de Cataluña al conde de Santa Coloma, en el mismo año se renueva la Diputación General de Cataluña de la que entran a formar parte dos firmes defensores de las leyes e instituciones catalanas, el canónigo de Urgel Pau Claris y Francesc de Tamarit. Pronto surgen los conflictos entre el ejército real -compuesto por mercenarios de diversas "nacionalidades" incluidos los castellanos con la población local a propósito del alojamiento y manutención de las tropas. Se extienden las quejas sobre su comportamiento, acusándolos se de cometer robos, exacciones. y todo tipo de abusos.
En mayo de 1640, campesinos gerundeses atacaron a los tercios que acogían. A finales de ese mismo mes, los campesinos llegan a Barcelona, y a ellos se unieron los segadores de Junio. El 7 de junio de 1640, fiesta del Corpus Christi, rebeldes mezclados con segadores, entran en Barcelona y estalla de rebelión. "Los insurrectos se ensañan contra los funcionarios reales y los catellanos, el propio virrey de Cataluña Dalmau de Queralt, conde de Santa Coloma es asesinado en una playa de barcelonoa cuando intentaba huir por mar.
Pau Claris, al frente de la Generalitat de Cataluña, proclama la Republica Catalana. Oivares comienza a preparar un ejército para recuperar Cataluña con grandes dificultades ese mismo año 1640, y en septiembre, la Diputación catalana pide a Francia apoyo armamentistico.
La situación de frontera de ORTA conlleva logicamente situaciones negativas para las diferentes poblaciones de las Tierras del Ebro, sobretodo de las actuales comarcas de la Terra Alta y la Ribera del Ebro. Por lo que respecta a la primera, podemos destacar los FETS DE ORTA Y ARNES, a finales del año 1640, ya que fueron controladas en un primer momento por el comandador santjoanista Vicente Carroz, el cual obligó a las dos poblaciones a dar soporte a la causa de Felipe IV. Peró la Generalidad encarga a Joan de Copons la recuperación de las dos poblaciones, situadas en una zona muy estratégica cerca de la frontera de Cataluña con Aragón. Copons cumpliendo el encargo, ya según testimonio de Onofre Cataà, los dias 10 y 11 de diciembre de 1640
 "Sit memoria posteris. En lo any 1640 començant les guerres en lo Principat de Catalunya, començant lo Rey de Espanya D. Phelip IIII a venir ab poderosa armada de 25 mil infants y 6 mil cavalls los de la vila de Orta aven demanat y rebut armes de la ciutat de Barcelona pera defensarse, giraren les armes contra la Terra. Posa siti en la dita vila de Orta D. Joan de Copons ab 800 homens de la terra y ab 24 hores escalant entraren y los de la vila se retiraren dins lo castell y aventhi fora i dins moltes escopetades sols y ague 4 ó 5 morts y los de dins el castell ab pactes dins un dia se rendiren. Fonch dita vila de Orta per rao saquejada per los de la Terra " Lo Dr. Onofre Català Rector"
También tenemos una del archivo de la Corona de Aragón escrita por D. Joan de Copons que nos dice:
"Gandesa y Dbre a 8 de 1640. En este punt he sabut que los de Orta an respost a una carta del Marques de los Velez, que aquella Villa y lo castell esta assa disposició y luego los envie Soldats que esta nit los aguardan. Jo he despatchat encontinent Cartillas a totas las Vilas de mon districte pera alsar lo sometent. No se si arribare antes que los sodats pero se estant resolts a resistirsen....La Vila de Arnes fa lo mateix que Orta ".

Tortosa fue fiel a Felipe IV y desde esta ciudad se inicio una campaña para recuperar otros pueblos para el ejercito de Felipe IV. Las campañas se llevaron entre los veranos de 1642 y el año 1645 para dominar la zona norte de la vegueria de Tortosa ( las actuales comarcas de la Terra Alta y la Ribera d'Ebre)
El primer lugar que fué asaltado fue la población de Arnes el mes de Julio de 1642, la cual fue finalmente presa y saqueada. En el momento del saqueo, el rector, Pere Figuerola y un beneficiat de la parróquia, Joan Baptista Cabés, fueron empresonados, y posteriormente condenados por la cúria eclesiásticca del bisbado de Tortosa, por haberse opuesto a las tropas de Felipe IV.
En enerero del año 1643 se planifica un asalto a la zona de la Castellania (Terra Alta). Es atacada aquella zona y consta la practica huida de la población de Gandesa, para escapar de las tropas castellanas que dominaron la población, durante dos meses, en los cuales atacaron y saquearon las poblaciones de Pinyeres, Caseres, Orta, Corbera y Batea. Durante el sitio de esta última población tuvo lugar un aferrisado  combate entre tropas asaltantes y las defensoras, con un saldo final de unos 400 muertos, doscientos por cada bando. El saqueo posterior a la toma de Batea tuvo una características brutales, si hacemos caso al testimonio de Onofre Català, rector aquellos años de Gandesa y nacido a Batea. A pesar de estas victorias castellanas, la misma primavera y desde la fortaleza de Flix se recupera para el bando de la Generalidad toda esta zona.
En toda esta guerra los soldados eran alojados en casas particulares, lo que dió origen a muchos problemas. Tenemos datado que en los Dietaris de la Generalitat, de problemas causados de los alojamientos en las poblaciones de Orta y Flix, Hay también un memorial dirigido a la Generalidad a principios del año 1645 por las poblaciones de Gandesa, Vilalba, Ascó la Fatarella, Benissanet, Pobla de Massaluca, Orta, Bot, Corbera, Ginestar, Prat de Domte, Flix, Miravet y Mora, en que se queja del mando y los soldados franceses.
En resumen, podemos deducir que, fuera quien fuera el ejercito que participaba en aquella guerra, los verdaderos perdedores fueron los habitantes de aquellas tierras que sufrieron las violencias de todo tipo, vejaciones y maltratos por parte de los soldados de ambos bandos. En Orta se explica que el convento de Nuestra Señora de Orta fue saqueado y desapareció una reliquia de San Salvador que contenía una costilla del Santo
Tortosa es asaltada por las tropas franco-catalanas. Una vez dominada totalmente la ciudad, y seguramente por el frustado sitio del 1642 y por la explosión del Temple, que causo la muerte a 200 soldados franceses, el saqueo fue escalofriante y se dieron diferentes casos de muertes y violaciones de mujeres. Mas de un mes después del asalto a la ciudad, aún restaban por las calles cadávares sin sepultar, tal como recogue un acta capituas del día 11 de agosto de 1648.
A principios del año 1650, un numeroso grupo de soldados franceses y catalanes a cavallo, bajo el mando de Josep d'Arlena, toman por asalto y saquean diferentes poblaciones del Maestrazgo, al norte del Reino de Valencia. En algunas poblaciones de aquella zona la peste había estado muy activa los meses anteriores. Los soldados en sus saqueos se llevaron ropa y la entraron a Tortosa. Esto parece ser la causa de la llegada de la enfermedad a Tortosa. Durante todo aquel episodio de peste murieron en la ciudad 1.237 personas. Como mesura de higiene desesperada, a principios del mes de abri, el gobernador francés de la ciudad, monsieur de Launay, obliga a los pocos habitantes que restan en la ciudad a abandonarla por tal de intentar escapar de la enfermedad.
Durante el año 1650, la situación bélica a las Tierra del Ebro empieza a mostrar claros sintomas de cambio, ya que el apoyo, casi incondicional, que mostraba hasta la fecha al bando de la Generalidad por gran parte de las poblaciones de la zona empieza a debilitarse. Durante el mes de mayo llega a las manos del Consejo de Aragón un informe en donde se describe a situación de la zona de la Castellania como de muy explosiva, ya que una gran parte de sus habitantes quiere pasarse al bando de Felipe IV, y luchar, si fuera necesario.
Seguramente a causa de esta hostilidad las poblaciones de las actuales comarcas de la Terra Alta y la Ribera de Ebro, los soldados franceses como represalia saquearon algunas iglesias de la zona:
"...los sacrarios, custodias, plata y hornamentos de las sacristías de Corbera, de Villalba, de Batea, de Orta, de Bot, del convento de frayles de Orta (...) en Gandesa no se tocó el sacrario ni sacristia, porque el clero con dinero redimió esta desdicha...."
Según testimonió de Gregorio Maestre, prevere beneficiat de la iglesia de Vilalba y rector de Prat de Comte, llamando a los soldados franceses.
"heréticos gavatxs, lluterans enemichs de la fe",
Saquearon también la iglesia de Prat de Comte e día 20 de septiembre de 1650, y se llevaron mucha ropa de los habitantes de Bot y Vilalba.
Mientras tanto el ejercito de Felipe IV reconquista Tortosa el día 4 de diciembre, cayendo a ciudad en manos del marques de Mortara, dos años y medio después de haberla perdido, en el año 1652 capitularía Barcelona y la guerra se aleja de las Tierras del Ebro.
La posguerra fue dificil para las Tierra del Ebro, pues en sus pueblos se instalaron soldados castellanos y las haciendas municipales quedaron arruinadas. Podríamos comparar esta etapa con la vivida tras la victoria de los fascistas luego de la Guerra Civil.

Mientras esto ocurría en Madrid se ordeno el 23 de enero de 1643 por parte de Felipe IV, el destierro del conde duque de Olivares. La autonomía de cada territorio se reafirmó, dentro del llamado neoforalismo y desde el respeto exquisito a los fueros. 

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