CULTO AL SOL
Ya en las primeras culturas mesopotámicas, los dioses se proyectaban al cielo identificándose con los astros más cercanos y visibles para el hombre, el Sol y la Luna, quienes se convertían así en seres vivos y animados, divinizados o reflejo de la divinidad. 17 Así, el Sol y la Luna han ocupado siempre un lugar privilegiado en las religiones del Mediterráneo oriental, y de ello dan testimonio los cilindros caldeos o los kudurru asirios, el culto a Hvare-Máonha de los persas, de Ba'al Samin en Siria, con la luna creciente en la frente y el sol de siete rayos en la mano, o del dios lunar Mén en Frígia.
También en Grecia, donde sabemos por Pausanias que en el ágora de Elis la estatua de Selene con la luna en la cabeza se oponía a la del dios-sol Helios, o en la representación de los dos astros de la mano de Fidias en el Partenón, uno a cada lado del nacimiento de Atenea; y esto sin hablar de la importancia de los dos astros en la astrología griega, donde desempeñan un papel similar al anteriormente jugado con los caldeos o los persas. Se atribuyen a ambos astros poderes benéficos y son numerosos los amuletos en los que aparece la media luna rodeando al disco solar. 18 Ya incluso en época cristiana, esta influencia de las religiones orientales se hacía sentir en la simbología y así se hereda esta representación del Sol y la Luna acompañando a la divinidad. La difusión por todo el Imperio Romano, gracias a los legionarios, del culto a Mitra, dios solar iranio, quien al finalizar su vida en la Tierra es elevado a los cielos en una carroza al lado del Sol, favoreció realmente la difusión de este tema. ' 9En los monumentos mitraicos, el Sol y la Luna aparecían en la bóveda de la gruta donde se sacrificaba al toro. Esta bóveda simbolizaba el cielo y cuando no se representaba dicha gruta, las imágenes de los astros celestes se colocaban a izquierda y derecha de la cabeza del dios. Esta representación es rápidamente heredada en la iconografía de Júpiter Dolichenus (representado sobre un toro y flanqueado del Sol y la luna) y de Júpiter Heliopolitano (donde se observan ambos astros en la falda que ciñe su cuerpo). "
En Roma se introdujo el culto al Sol, divinidad sabina, al mismo tiempo que el de la Luna por el rey sabino Tito Lacio, siendo la familia de los Aurelios la protagonista de la popularización y expansión de su culto. 2 ' En esta ciudad, el Sol, como expresión del poder divino, adquirió una significación especial desde la época del emperador Aureliano, pues sabemos que su madre fue su sacerdotisa y el mismo emperador se hizo pasar por hijo de este dios. En definitiva, quiso fundar en Roma un nuevo culto al Sol, de lo que da fe el hecho de la construcción de un gran templo en el Quirinal a la manera oriental. Así, el sol invictus se convirtió, a partir del siglo II, en uno de los dioses principales del Imperio Romano, celebrándose la "natalis invicti "o renacimiento del Sol el 25 de Diciembre. 22 Patente, por lo tanto, es la presencia del culto al Sol en la ordenación del calendario de las fiestas cristianas. La asimilación del Mesías con un "Sol verdadero y de justicia" llevó a colocar la fecha de su nacimiento con la vuelta del sol, la anteriormente citada natalis invicti" en el solsticio de invierno. En esta fecha también se celebraba la fiesta del "Sol lnvictus" aplicada al dios Mitra y muy popular en el siglo III. Realmente ha de verse aquí una estrategia de la Iglesia primitiva, que no destruía un culto sino que lo suplantaba por otro, incorporando así elementos paganos al culto cristiano, asignándoles por tanto un nuevo significado. 23
En relación a esta coincidencia de fechas, que subrayan la superposición de los cultos al Sol y al nuevo Mesías, resulta curioso el hecho de que en la antigüedad se llamó al domingo "el día del sol", como lo atestiguan escritos de San Agustín o de Tertuliano. El cambio onomástico se realizó, como señala en el siglo VI Gregorio de Tours, no sin cierta resistencia por parte del vulgo, que pretendía conservar la costumbre de dicha denominación, y así se conservan inscripciones o un epitafio encontrado en Angulema donde se dice que la difunta había muerto un "día del sol" del año 405.
Denominación popular por otro lado relacionada con las imágenes familiares de arte pagano encontradas en bajorrelieves funerarios, por ejemplo, el antiguo sarcófago de la Gayola, donde se muestra un busto del Sol que posiblemente fuese uno de los símbolos utilizados por los primeros cristianos para representar a Cristo. 24
Ya en 1916 G. Chauvet, como hipótesis de trabajo en relación con un bajorrelieve del Museo de Angulema, llega a la conclusión de que el Sol y la Luna toman en la Era Cristiana el significado de poder, de majestad, de eternidad que poseían en el arte antiguo, como fue adoptado, por ejemplo, por los emperadores romanos cuando se hacían representar entre ambos astros. 25 Igualmente Deonna, siguiendo a Chauvet, apunta que en las primeras representaciones cristianas, los dos astros conservan el significado pagano anterior, esto es, evocar la dignidad suprema del dueño del universo y, al mismo tiempo, servirle de escolta de honor. 26
Así pues, ¿por qué razón iban a escapar los artistas cristianos al "contagio general" de esta simbología pagana? En los primeros siglos cristianos, los artistas, o mejor, los artesanos tienden, más que a crear, a copiar las obras clásicas, tomando así prestados sus símbolos como éste del Sol y la Luna y colocándolos en la nueva iconografía cristiana. En el s. III encontramos el Buen Pastor entre el Sol y la Luna sobre una lámpara cristiana conservada en el Kaiser-Friedrich Museum de Berlín, volveremos a encontrar los dos astros sobre un marfil del s. VI conservado en el Museo de Lyon que representa el Bautismo de Cristo, y, más tarde, en las representaciones de la Crucifixión o incluso en los bajorrelieves funerarios de los fieles, como una suerte de transición entre lo antiguo y lo nuevo. 2' Todo apunta, por consiguiente, a que el Sol y la Luna surgen en principio como producto de una herencia de los dioses paganos aplicada al nuevo Dios cristiano, Jesucristo, que ha de situarse a un nivel parejo. Posteriormente, eso sí, las interpretaciones teológicas y las aportaciones de los propios artistas provocaron que Sol y Luna se llenaran de nuevos contenidos simbólicos y alteraciones iconográficas que pasamos a tratar.
Isabel W Labrador González y José W` Medianero Hernández
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1.- Additional 18856 f. 5v Sun and moon
Detail of a miniature of God creating the sun and moon.
Origin: France, Central (Paris)
2.- Harley 4979 f. 61 Sun and Moon trees
Detail of a miniature of the Sun and Moon trees prophesying Alexander's reign and death, with a phoenix in the dry tree.
Origin: Netherlands, S.
3.- Harley 4996 f. 36 Mujer vestida de sol
Detalle de una miniatura de la mujer vestida del sol, con alas y corona de estrellas de pie sobre la luna, del Apocalipsis.
Origen: Alemania, SW o Alsacia
4.- Royal 2 D XIII f. 26v The dragon and the woman clothed with the sun
Miniature of the seven-headed dragon; the woman's child taken up to heaven (Revelation 12:3-5).
Origin: England
5.- Royal 17 E VII f. 4v God creating the sun and the moo
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